Hay nombres propios que por extraños que suenen para el idioma castellano, quedan grabados en la memoria de generaciones completas y más aún en la historia universal. Uno de ellos sin duda es el de Eduard Shevardnadze, que acaba de morir a los 86 años de edad, y quien fuera en vida Ministro de Relaciones Exteriores y por tanto hombre de confianza de Mijail Gorbachov, el presidente soviético impulsor de la Perestroika, el conjunto de reformas que en el plano interno e internacional que terminaron con el derrumbamiento de la «cortina de hierro» a comienzos de los noventa.
Como señala en su edición de hoy el diario El País, Shevardnadze como ministro de Asuntos Exteriores (1985-1990) de la Unión Soviética, «gestionó la reunificación de los dos Estados alemanes y los acuerdos de desarme nuclear con EEUU, así como aspectos internacionales de la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán y el relance de las relaciones con China. En la historia, el nombre de ese georgiano de maneras corteses queda unido con el “deshielo” Este-Oeste y el fin de la Guerra Fría».
Como ven, fue uno de aquellos personajes que se transforman en factores clave para transformar la historia, no sólo de su patria, sino que del mundo entero.
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