El fuerte revés electoral sufrido por el Partido Demócrata en las elecciones del día de ayer en EE.UU., responden principalmente a un voto de castigo en contra del Presidente Obama.
La pérdida del control del Senado, la ampliación de la desventaja en la Cámara de Representantes y la derrota en la elección de Gobernadores en Estados trascendentes, parecen adelantar el síndrome del pato cojo en la Casa Blanca.
Y es que las amplias expectativas generadas por Barack Obama, desde su época de precandidato demócrata por allá por 2008, acentuadas con su elección como presidente aquel mismo año, no han podido ser refrendadas por los hechos.
Una oposición polarizada ideológicamente por el «Tea Party»; una campaña del terror contra de las reformas propuestas por Obama, especialmente la sanitaria; y una cierta incapacidad de conducción por parte del Ejecutivo, han generado un cóctel fatal para el Ejecutivo estadounidense, que ha sido capitalizado electoralmente por los Republicanos.
Como dice el viejo adagio, no siempre los buenos candidatos terminan siendo buenos presidentes. Y al revés, hay pésimos candidatos que lo harían genial como presidentes. Pero es la ciudadanía la que manda, y su voto en democracia es Ley Sagrada.
Por ahora parece que lamentablemente para él, sus partidarios y el mundo progresista internacional, Obama y los demócratas, a diferencia de su eslogan original, deberán decir de aquí en adelante: «No, we can´t»
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(*) Doctor en Gobierno y Adm. Pública. Director PolíticaPública.cl
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